jueves, 16 de agosto de 2018

EXCELENTE NOVILLADA SIN CABALLOS EN DOS TORRES
EL GANADO DE "LA MORANTILLA", DE MUCHA CATEGORÍA 


Ladislao Rodríguez Galán
(15-8-2018)
Plaza: Dos Torres. Medio aforo cubierto en tarde agradable.
Arturo Gilio: dos pinchazos, estocada casi entrera y descabello ( ovación con saludos) y pinchazo, estocada y descabello ( dos orejas).
Raúl Puebla: pinchazo y estocada recibiendo( oreja) y dos pinchazos y estocada (dos orejas).
Josué Hidalgo: dos estocadas enteras ( dos orejas).
Incidencias: los cuatro novillos de La Morantilla fueron aplaudidos en el arrastre y al cuarto, como premio a todos, se le dio la vuelta al ruedo. Los tres toreros salieron a hombros.
Pocas veces hemos visto, en los últimos años, un ganado tan bien presentado, tan bravo y noble y de tanta calidad en sus embestidas, en una novillada sin picadores. El encierro que envió el ganadero Eliseo Morán a la localidad de Dos Torres fue un dechado de virtud que propició, indudablemente, el triunfo de tres chavales que de verdad quieren ser figuras del toreo. Efectivamente, los tres actuantes en la plaza serrana, no se dejaron nada dentro para agradar a un público entregado y para aprovechar la calidad que los novillos ofrecían en sus embestidas. Arturo Gilio, de México y Raúl Puebla, de Toledo se enfrentaron a cuatro novillos de "La Morantilla" y Josué Hidalgo, torero local y alumno de la Escuela Taurina de Córdoba, se enfrentó a un novillo del Capricho (Hnos. Centeno Guerra) que tuvo muchísimas dificultades por el pitón derecho y tendencia a tablas. Fueron, pues, cinco toretes los que se lidiaron, muy a gusto de los toreros y del público que disfrutó muchísimo.

Josué Hidalgo, la gran esperanza de la Escuela Taurina cordobesa, debutaba de luces y lo hizo ante sus paisanos que lo animaron sin cesar. De los cinco animales lidiados este fue el menos potable, pues enseguida mostró su peligro por el pitón derecho y su querencia a tablas, dificultando la labor del chaval. Sin embargo, ya con el capote Josué dejó bien claro que quiere ser torero. Fueron unos lances aseados con una revolera de remate muy vistosa. El mismo
banderilleó al torete y cumplió perfectamente. Ya con la muleta, y tras un trasteo con la rodilla genuflexa, el novillo acentuó su tendencia a negarse por el pitón derecho, y por insistir el torero a punto estuvo de ser volteado. Cambió de mano y aunque las embestidas no eran claras, fue con la zurda, con la que consiguió encandilar al respetable. Fueron series cortas por que el novillo no estaba por la labor refugiándose, en cuanto tenía un suspiro, en los tableros. Una y otra vez tiró de él para los medios y allí fue desgranando una faena sobre la zocata, con series cortas pero de mucho sabor. Eran naturales logrados a base de porfíar. Faena muy trabajada, pero que tuvo su fruto de dos orejas. Josué dejó la impronta de sus ganas de ser torero, y ese es el camino.

Abría la tarde el mexicano Arturo Gilio que saludó a su primero con unas vistosas verónicas rematadas en el centro del ruedo con una media. Banderilleó el mismo, con más interés que acierto y ya con la muleta comenzó con un cambio por detrás muy ajustado. Como el novillo era de triunfo, enseguida dibujó varias series con la derecha de mucho calado. Con la zurda más de lo mismo, el animal no se cansaba de embestir y todos encandilados con el binomio toro- torero. Faena muy completa que fastidió con la espada. Sin embargo, espoleado por el triunfo de sus compañeros, salió a por todas y ante un novillo que era algo tarde en la embestida se dio un arrimón de muchos bemoles. Logrando pases sueltos a base de jugarse las taleguillas. Tiene oficio y sabe darle a cada toro su lidia. Dejó buen sabor en Dos Torres. 


Por su parte Raúl Puebla, otro jabato, recibió a su primer enemigo con una larga cambiada y un ramillete de verónicas, voltereta incluida, que le sirvió para venirse arriba. Banderilleó el mismo y para colocar el tercer par citó de rodillas y las puso al quiebro. Con la muleta toreó a placer. Series por ambas manos con un colaborador magnífico que le dejó expresar su toreo en plenitud. Estuvo muy bien el chaval rematando la faena con unas manoletinas.
Le supo a poco su labor en el novillo anterior, y en el que cerró plaza volvió a ir a por todas. Invitó a sus compañeros a palear con él y el tercio resultó vistoso. Ya con la muleta otro recital ante un novillo de los soñados por los toreros. No se cansaba el animal de embestir y Raúl tampoco se cansaba de torear. Fueron infinidad de pases con ambas manos entre los olés del público. Mucha calidad y torería y como la plaza estaba a su favor, dos orejas al esportón.
En resumen, felicitar al ganadero Eliseo Morán que lleva muchos años luchando para conseguir este material de lujo, a los toreros por su entrega y ganas y, cómo no , a la empresa Vientobravo por dar oportunidades a los chavales con ganado de la máxima calidad. Hoy que apenas se dan festejos menores, es de alabar esta inquietud por apoyar a los que comienzan, y que, no lo olvidemos, serán las figuras del mañana.