domingo, 1 de abril de 2018

CABRA CORRIDA DE TOROS
FINITO MARCA LA DIFERENCIA

UN NOBLE ENCIERRO DE DE LA PUERTA ABRE LA PUERTA GRANDE
Ganado: Un novillo de Peralta, para rejones y seis toros de Julio de la Puerta, que sustituían a los anunciados de Osborne. El encierro fue noble con dos toros fueron premiados con la vuelta al ruedo.


Lea Vicens: medio rejón (oreja).





Finito de Córdoba: estocada tendida (oreja) y estocada arriba (dos orejas).





Juan José Padilla: estocada tendida ( dos orejas, tras aviso) y estocada caída ( dos orejas).



David Fandila El Fandi: estocada (oreja) y estocada ( oreja).

Plaza: Cabra, tres cuartos de entrada en tarde fría.
Ladislao Rodríguez galán
Tras una durísima tarea de varias horas para adecentar el ruedo que estaba inutilizable, tras las aguas caídas el viernes, se pudo celebrar la tradicional corrida del Sábado de Gloria en Cabra. Suponía la cuarta vez que Finito estaba anunciado en un cartel esta temporada y por fin pudo torear, ya que las tres anteriores se hubieron de suspender por las inclemencias del tiempo. Y bien que disfrutó el numeroso público asistente del toreo de Juan, que anduvo toda la tarde entregado y supo sacar a sus dos oponentes todo lo que llevaban dentro. A su primero( el toro menos claro del encierro) lo recibió a pies juntos para enjaretarle un ramillete de verónicas muy ovacionadas. Con la muleta por la falta de fuerzas del animal y por la incomodidad en la embestida, solo pudo Finito dejar trazos de mucho sabor, sobre todo en las trincherillas previas a la estocada. Otro cariz tomó la faena a su segundo al que supo adaptar perfectamente a su toreo. El toro por el pitón derecho no ofrecía la calidad que por el izquierdo, pero el torero lo fue amoldando y, por fin, por ahí, surgieron unas series de mucho sabor. Finito disfrutó con este toro ( al que se le dio la vuelta al ruedo) e hizo vibrar al tendido. Con la izquierda y con los adornos, nos recordó al Finito de siempre, que encara esta temporada con nuevo apoderado y con ilusiones renovadas.


Padilla, que se despedía de la afición egabrense, ya que, como anunció, al final de temporada se cortará la coleta, fue un espejo de su estilo personal. Con dos largas
de rodillas recibió a su primer enemigo, para enseguida, erguido, enjaretarle una serie de verónicas entre el clamor popular. Con banderillas inconmensurable. La faena la brindó a Lucía, hija de su compadre Finito, que junto a unas amigas, ocupaba una barrera. Y con la muleta ( ante el mejor toro del encierro, premiado con la vuelta al ruedo y al que se le pidió, incluso, el indulto) Padilla fue un volcán. Nada le quedó por hacer ante un toro repetidor que obedecía a la pañosa como hipnotizado. La faena muy larga, pero cuajada de variedad, caló enseguida en el tendido que desde el principio estuvo con él y por eso acabó por llenar el esportón con el excesivo premio de cuatro orejas. Incluso para ser toro hay que tener suerte, si este toro cae en manos de un torero artista ( como Finito) capaz de lucirlo en su plenitud, quizás hubiera sido indultado como pidió en gran parte la plaza. Pero hizo bien el presidente en mantenerse firme. En su segundo toro, tras otro tercio de banderillas colosal, anduvo el hombre con más voluntad que eficacia. Fue una faena de altibajos e intentos que no dejaron nada en claro. Pero el público estuvo con él y tras apabullante petición de orejas la presidencia claudicó y le convirtió en triunfador en número de trofeos, al menos.
Por su parte El Fandi que acostumbra a levantar al público de sus asientos con el tercio de banderillas, no estuvo rotundo como se esperaba de él, exceptuando un par clavado haciendo la moviola y otro al violín. Obvió, incluso, el espectáculo que supone correr ante el toro de espaldas para dejarlo clavado, en un alarde de poderío y facultades. Pero tampoco con el capote, otro de sus fuertes, no fue el Fandi de siempre. Y con la muleta, donde baja muchos enteros, le vimos mas entonadete en su primero, pero en el sexto, con un frió ya casi insoportable, no pasó de florituras y abaniqueos. Sin embargo una generosa oreja le permitió salir a hombros junto a sus dos compañeros.
Gloria que no logró la rejoneadora Lea Vicens que abría el festejo. Ante un novillo de feo pelaje y tardo en la embestida, no pudo lucir su toreo a caballo, aunque no faltaron exhibiciones de doma. Cuando el animal respondía al cite clavó bien, pero no fue labor suficiente para mas premio que una oreja.
En resumen, un entretenido festejo, con duración de tres horas y cuarto, con mucho ambiente en los tendidos, buena noticia y un Finito en franca recuperación, mejor noticia todavía.