miércoles, 21 de agosto de 2013

ALDABONAZO DE ANDRES LUIS DORADO

CUATRO OREJAS Y RABO EN UNA TARDE TRIUNFAL
CHECHU LOGRÓ EL MISMO NÚMERO DE TROFEOS

Ladislao Rodríguez Galán

Chillón 15-8-2013)
Plaza de Chillón (Ciudad Real): mas de media entrada en tarde de calor soportable.
Ganadería: cuatro toros de Jaralta bien presentados y de buen juego. El primero premiado con la vuelta al ruedo y los otros tres ovacionados en el arrastre.
Andres Luis Dorado: media estocada y dos descabellos ( dos orejas) y estocada sin puntilla ( dos orejas y rabo).
José R. García “Chechu”: estocada ( dos orejas ) y estocada casi entera ( dos orejas y rabo).
 Con motivo de sus fiestas y ferias en la localidad manchega de Chillón, que cuenta con una coqueta plaza de toros levantada por los habitantes del pueblo, se montó una corrida de toros mano a mano entre dos toreros jóvenes que pugnan por abrirse paso. La noble lid quedó en tablas pues ambos empataron a trofeos, si bien la diferencia la marcó Dorado. Siendo esta su primer corrida de la temporada el torero cordobés no solo convenció sino que dio un aldabonazo basado en la calidad y sentimiento de su toreo. Su primer toro, de los que hoy salen pocos por chiqueros, era un dechado de bravura y nobleza. Apretó fuerte en el caballo y acudió presto en banderillas. Dorado lo vio enseguida y su faena, basada en las dos manos, fue una lección de buen toreo. Largueza en los muletazos, temple y sobre todo gusto, fue el sello que imprimió a su labor coreada por el público que solicitó insistentemente el indulto del animal. El reglamento lo prohíbe en estas plazas ( no estamos en Andalucía) y el presidente lo aplicó a rajatabla. Aún pudo Dorado recrearse en su exquisito toreo con unos minutos añadidos del tiempo reglamentario, porque este espectáculo no merecía cortarse. En su segundo volvió a brillar a gran altura ante un toro cuajado que embestía dando arreones y que puso a prueba la experiencia y valor del joven torero. Labor muy por encima de las condiciones del animal que pusieron en sus manos los máximos trofeos, otorgados por un tendido entregado.
“Chechu” por su parte, abusando un poco del toreo superficial sobre el fundamental, tuvo destellos de calidad en dos faenas casi idénticas donde echamos de menos una labor mas comprometida y contundente. Entre pases con clase  y gusto, enhebraba mucho fuego de artificio, que hacía que aquello no tomara cuerpo. Como la tarde había subido muchos enteros, por el toreo de Dorado, el público no fue muy exigente con el torero madrileño, que a su haber tuvo una entrega sin fisuras. Los dos diestros salieron de la plaza a hombros.
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