domingo, 28 de julio de 2013

ENTRETENIDO FESTEJO EN EL VISO DE LOS PEDROCHES

L.R.G.
El Viso (27-7-2013)
Con motivo de las tradicionales ferias y fiestas en honor de Santa Ana, la localidad cordobesa de El Viso de Los Pedroches ha celebrado un festival taurino sin caballos. Los encierros de vaquillas por las calles, que se celebran desde tiempo inmemorial durante todos los  días de feria, son el aliciente de estas fiestas y son muy concurridos por gentes venidas de otras provincias limítrofes dándole a este bello pueblo serrano un gran ambiente. Igualmente es tradicional la celebración de un festejo taurino en la plaza portátil que se instala en la plaza del Ayuntamiento. Desde hace varios años la empresa Campo Bravo se ha hecho cargo de la organización de este evento.
Así pues, se lidiaron cuatro erales de Hnos. Hidalgo Rincón Sanz,  bravos y nobles que dieron buen juego. Primero y segundo  con el inconveniente de las fuerzas justas y tercero y cuarto aplaudidos en el arrastre.
José Antonio Alcalde "El Rubio", de la Escuela Taurina de Córdoba, se encontró con un animal bravo que repetía pero con evidente carencia de fuerzas. Lo tuvo que cuidar y a base de templarlo y mimarlo le sacó pases de calidad muy ovacionados. Para matarlo necesitó de dos pinchazos ante de colocar una media estocada. Cortó una oreja.
Andrés Pont, de Pepino (Toledo) se echó rodilla en tierra para recibir a su oponente con una larga cambiada. Después mucha desconfianza en toda su labor, tanto con el capote como con la muleta. Mató de estocada, dos descabellos y nuevamente estocada asomando. Como estamos en feria cortó una oreja.
Fresno Zamora, de  Córdoba, disfrutó del mejor novillo del encierro. Animal noble, con fijeza y humillando. El chico le realizó una faena aceptable, aunque el novillo pedía más y mejor. De todas maneras puntuó con nota alta. Tres pinchazos, estocada y cuatro descabellos fueron necesarios para pasaportar al excelente animal. Paseó una oreja.
La sorpresa de la tarde fue el novel local Javier Risquez que sorprendió a todos por su naturalidad. Hace apenas un mes cogió por primera vez capote y muleta y sin embargo dio la sensación de saber estar ante la cara del novillo, el otro excelente ejemplar de la tarde. Decir que todo lo hizo bien no sería justo, pero atesora una cualidad que no se puede aprender:  valor y  serenidad. El no estar alterado, te permite pensar en la cara de tu enemigo, lo que ya es un tanto a favor. No le faltó el aliento constante del paisanaje y el muchacho no defraudó consiguiendo pases de buen trazo con ambas manos.
Para matar ya fue otro cantar. Ni idea. Al final el novillo dobló y la locura se desató en la plaza. Dos orejas y salida triunfal.

En resumen, festejo entretenido, con todos los matices expuestos, muy del gusto del público.