FERIA DE POZOBLANCO
TOREROS QUE NO DEFRAUDAN
Ladislao Rodríguez Galán
Plaza: Los Llanos (Pozoblanco).
Algo más de media entrada en tarde fresca con rachas de aire. Llovió levemente
durante la lidia del tercero.
Ganado: Cuatro toros de
Domingo Hernández y dos ( 2º y 3º) de Garcigrande, de la misma casa
ganadera. Bien presentados, nobles pero
justos de fuerzas. Al segundo se le premió con la vuelta al ruedo.
Manuel Díaz “El Cordobés”: estocada (oreja) y pinchazo y estocada (oreja).
Juan José Padilla: estocada
trasera y desprendida ( dos orejas tras dos avisos) y estocada desprendida y cuatro descabellos (
saludos desde el tercio tras petición insuficiente).
David Fandila “El Fandi”: Estocada ( oreja con petición de la segunda)
y estocada ( dos orejas).
Incidencias: Los tres toreros
salieron de la plaza a hombros. El festejo duró más de dos horas y media.
Cuando
un presidente pierde los papeles suele echarse por tierra una tarde de toros,
sin embargo cuando mantiene firme su decisión, a pesar de una fuerte bronca en
contra, la categoría de la plaza sube un entero. Y eso precisamente es lo que
ha sucedido esta tarde en Pozoblanco. Toreaba Padilla su primer toro, un animal
noble y repetidor, con mucha clase en la muleta, pero que en la pelea con las
plazas montadas salió rebotado, en cuando se sintió el hierro, tantas veces
como acudió al caballo .
El animal sirvió para la muleta y no se cansaba de
embestir. Padilla, que comenzó su faena brindando al cielo en memoria de
“Paquirri”, se echó al suelo de rodillas para comenzar una labor larga, con
pases de todas las marcas por ambas manos hasta que llegó la hora de matar y
pidió, con gestos al público, el indulto. El respetable, contagiado del deseo
del torero solicitó con pañuelos y vocerío un indulto a todas luces inmerecido.
Hasta tres veces montó el diestro la espada para arrepentirse y seguir toreando.
Por eso recibió dos avisos sin entrar a matar. Ahí estuvo el presidente impertérrito
honrando el palco, demostrando que sabe de toros y que no es una figura
decorativa. El resto se lo pueden imaginar. Cuando el toro rodó se pidieron con
fuerza las dos orejas. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo, trofeo que
igualmente se mereció el presidente.
La
tarde había comenzado con una labor muy completa de Manuel Díaz, a pesar de su
lucha contra el viento, ante un buen toro que le sirvió de principio a fin,
saltos de la rana incluidos y público entregado. De no ser por el puntillero,
que levantó al animal en tres ocasiones, hubiera cortado dos orejas. Su segundo
enemigo, que recibió un puyazo muy largo, acusó el castigo en la muleta. “El
Cordobés” necesita un toro alegre y repetidor, pero aun así consiguió naturales
de bella factura.
Padilla,
que al igual que sus compañeros no escamoteó esfuerzos, banderilleando en sus
dos toros, se encontró con un segundo toro enorme que no humillaba saliendo
distraído de la muleta y parándose algunas veces en mitad del pase. Con un
material así no hubo conexión con el tendido que, sin embargo, le reconoció el
esfuerzo.
“El Fandi” por su parte, también banderilleó a sus dos enemigos,
realizó casi toda la labor a su primer toro por la izquierda. El animal escarba
antes de embestir, pero toma la muleta humillando y el torero consigue
muletazos aceptables.
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