"BELADOR" ÚNICO TORO INDULTADO EN LAS VENTAS
EL ANIMAL TARDÓ DOS HORAS EN VOLVER A LOS CORRALES
Ladislao Rodríguez Galán
La corrida de la Prensa del año 1982, celebrada en plena canícula madrileña el 19 de Julio de 1982, pasó a la historia por el indulto del toro "Belador" de la ganadería de Victorino Martín. Esa tarde se anunció una corrida concurso de ganaderías en la que participaron los diestros Manolo Cortés, José Antonio Campuzano y José Ortega Cano, que lidiaron toros de Miura, Hernández Plá, Victorino Martín, Guardiola, Bohórquez y Celestino Cuadri.
Cuando el toro de la corrida de la Prensa se estaba embarcando en el campo para Madrid, el animal se lesionó y entonces el ganadero decidió que "Belador" ocupara su lugar. Una decisión muy arriesgada y complicada ya que "Belador", de la camada de 1978, marcado con el número 121 y 520 kilos de peso, fue abandonado por su madre al nacer y hubo de ser criado con biberón. Esa circunstancia desaconsejaba su inclusión en Madrid y menos en una corrida concurso de ganaderías. Sin embargo el animal dio la talla y 36 años después sigue siendo el único toro indultado en Las Ventas.
"Belador" salió en tercer lugar y demostró gran bravura (aunque la petición de indulto no fue unánime y hubo sus críticas). Su lidiador, Ortega Cano, solo dio una vuelta al ruedo cuando el animal volvió a chiqueros. Claramente el animal había estado por encima de él.
Cuando el presidente concedió el indulto, Ortega Cano simuló la suerte de matar con una banderilla blanca y se retiró al callejón. Entonces salieron los cabestros, que no tenían el adiestramiento necesario para esta misión (en esa época no estaba el popular y eficaz Florito) y entraron y volvieron a salir al ruedo infinidad de veces dejándose el toro atrás. Llegó un momento que por la megafonía se avisó que se apagarían las luces de la plaza y se solicitó silencio. Cuando la plaza quedó a oscuras, solo quedó encendida una luz en chiqueros que se apagaba y encendía intentado llamar la atención del animal. Tampoco dio resultado esta estratagema. Hasta salió un perro que mordisqueaba las patas y las orejas del toro. Pero
todo era inútil. A todo esto la desesperación del público unido al calor sofocante, hacían la situación insostenible.
Por fin, en una de esas apariciones de los cabestros en el ruedo, el animal hizo hilo con ellos y entró pausadamente a chiqueros en medio de una atronadora ovación. Habían pasado dos largas horas.
"Belador" fue curado de sus heridas - dos meses tardó en sanar - en la finca escurialense de Jesús Arribas, entre Julio y Septiembre del 82. A principio del invierno vuelve a su casa en "Las Tiesas" (Extremadura) pasando a engrosar la nómina de sementales de Victorino Martín, comenzando a padrear en Enero de 1983. Buena reata de bravos becerros dio este toro indultado.
El toro del triunfo de Pedro Moya "Niño de la Capea", en 1988, era hijo suyo. Y cuando "Belador" ya llevaba cinco años muerto, el diestro Enrique Ponce triunfó rotundamente en Palencia con otro hijo suyo.
Tras su muerte, en 1989, el ganadero quiso que el animal fuese "inmortalizado", labor que encargó al taxidermista Justo Martín quien le "devolvió la vida" con un trabajo minucioso y perfecto, resultando una bella obra maestra.
Esta es la breve historia de "Belador" un noble animal que a pesar de ser criado por el personal de la finca, nunca perdió su bravura y su casta, lo que le hizo entrar en la historia de los toros bravos.-
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