MENUDA CAGADA DE FANDILA CON LA “SENTADILLA”
Rafael Cobo
Calmaestra – (Priego de Córdoba)
El numerito de la “sentadilla” de Fandila
el pasado domingo en Priego está causando estragos en las redes sociales y
mandando “a la mierda”, como diría el gran Fernando Fernán Gómez, el trabajo
realizado para recuperar de la UVI una plaza como Las Canteras.
“A la mierda” el esfuerzo de una empresa
por ofrecer un cartel con tirón para el público, por respetar escrupulosamente
lo anunciado, por hacer bien las cosas. “A la mierda” con la buena entrada
registrada, con la satisfacción generalizada del público cuando abandonaba la
plaza, con el ambientazo de los días y las horas previas al festejo. “A la
mierda” los destellos de Finito, que 22 años después de su última actuación en
Priego dejó un ramillete de muletazos con los que hizo crujir los cimientos del
más que centenario recinto. “A la mierda” el esfuerzo del ayuntamiento por
tener a punto la nueva iluminación artificial, de la empresa y de todos, porque
sólo se hablaba del gesto de Fandila.
“A la mierda” todo por la pantomima del
granadino, al que ayer se le concedía en Twitter el honorífico título de
“papafrita del día” tras protagonizar un hecho más que censurable y que no
beneficia en nada a la Fiesta.
¿Cómo le explico a mis hijas, que
presenciaron el festejo, que hay que respetar al toro, si ven a un hombre
subido en los cuartos traseros del animal y encima con una sonrisa en los
labios?. O peor aún, ¿cómo podemos defender nuestra afición ante aquellos que
denostan y critican esta milenaria tradición con una imagen tan gráfica como la
que nos dejó Fandila el domingo?. Pues hoy, y casi 40 horas después de la
estampa comentada, personalmente no lo sé.
Pero al margen del daño hecho, que está
ahí, me causó un tremendo dolor que el público, o mejor dicho un sector
bastante amplio, jaleara la puñetera “sentadilla” cual si de un pase antológico
se tratara. Grave, gravísima esta actitud que me lleva dando vueltas en la
cabeza desde el mismo momento que se produjo y que se tradujo minutos después
en la petición de los máximos trofeos para el torero que, al margen de la
estocada, realizó una de las faenas más mediocres que un servidor le recuerda
en el coso prieguense. Pero como reza el dicho, doctores tiene la iglesia y el
público manda, así que el usía de turno no tumo más riles que sacar el
pañuelito y “rabo al canto”. ¡¡De vergüenza!!.
Pero es que el festejo en cuestión, junto
al ya tristemente comentado numerito, tuvo otros aspectos dignos de comentario.
El primero de ellos fue que durante el tercio de varas de tres de los cuatro
toros lidiados a pie, únicamente estuvo en el ruedo un picador, en contra de lo
que es “habitual” en una plaza fija, como creo es la de Priego. Desconozco el
motivo de esta situación pero el Reglamento es claro en este sentido, ya que el
su Artículo 72 se indica que los picadores, en plural, “… actuarán alternando.
Al que le corresponda intervenir, se situará donde determine el matador de
turno y, preferentemente, en la parte más alejada posible de los chiqueros,
situándose el otro picador en la parte del ruedo opuesta al primero”. Queda
bastante claro. En las portátiles debido a las dimensiones del ruedo es
habitual que únicamente lo haga un piquero, pero en una fija han de ser dos, o al
menos así lo tenía entendido. De ahí mis dudas que espero, álguien pueda
aclararme.
Por otra parte y durante la petición de
los máximos trofeos al protagonista del numerito de la “sentadilla”, me llamó
la atención ver a un arenero flameando su inmaculado pañuelo blanco a los
cuatro vientos, como uno más de los espectadores de los tendidos. Cuanto menos,
curioso aunque desgraciadamente, muy habitual.
Y por último y por ello no menos
importante, la desagradable situación que se produjo con algunos compañeros de
la información que, pese a la paliza de kilómetros que varios de ellos se
dieron para cubrir el festejo para sus respectivos medios, tuvieron que hacerlo
desde el tendido. No es ésta una situación nueva, ni mucho menos, pero parece
que por unas razones u otras, cada vez que hay un festejo taurino se repite la
historia. Comprendo que hay determinado número de pases de callejón, que la
normativa está ahí y que hay que cumplirla, a ser posible a rajatabla. Hasta
aquí todo correctísimo. Pero es que luego echabas una vista al callejón y veías
a señores que no sabías qué carajo hacían allí, bueno sí lo sabemos…, mientras
que varios reporteros gráficos de medios de información taurina nacionales,
tuvieron que hacer maravillas para sacar imágenes del festejo, mientras algunos
hacían uso y disfrute de un pase de un preciado pase de callejón que parece les
pertenece en propiedad y, reitero, sigo sin saber qué cargo, puesto o cometido
tienen en el festejo, pero ahí están…
En fin, que volviendo a parafrasear al
querido Fernán Gómez “a la mierda, a la mierda, a la mierda…”.
Cada día tengo más claro que en Priego,
por muy bien que siempre se hagan las cosas, siempre la “caga” alguien y lo que
es aún peor, sigo reflexionando sobre la actitud del público ante tamaña desfachatez
y desprecio a la Fiesta. Así nos va, de cagada en cagada.
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