EL
TOREO, ENCARNADO POR DORADO, SALE A HOMBROS
(Priego de Córdoba 1-9-2013)
Ganado: seis toros de Jódar y Ruchena, de justa
presentación, bajos de fuerza y raza. El mejor el cuarto y el peor el manso
sexto.
Andrés
Luis Dorado: pinchazo y estocada (oreja) y
estocada y dos descabellos (dos orejas).
Ambel Posada: estocada ( oreja) y
estocada( silencio).
Caro Gil: dos pinchazos y
estocada (ovación con saludos) y estocada (silencio).
Plaza: Las Canteras
(Priego de Córdoba), algo menos de media plaza en tarde de agradable
temperatura.
De un tiempo a esta parte la plaza de toros
de Priego de Córdoba parece que tiene mal de ojo. Cuando no es un motivo es
otro, el caso es que una vez más la corrida tradicional de sus fiestas mayores
estuvo a punto de irse al traste. Primeramente estuvo anunciado un festejo
con Andrés Luis Dorado, David Mora y
Jiménez Fortes con reses de Manuel Blázquez.
Dos partes de baja presentados por los toreros obligaron a la empresa a parchear la
corrida. En su lugar vinieron Ambel Posada y Caro Gil cambiándose también el
hierro ganadero por toros del Marqués de Ruchena.
Así las cosas la afición no respondió como
en Las Canteras es habitual mostrando la plaza mas cemento de lo deseable.
Analizando el festejo en sí, es de ley
hacer mención destacada a la disposición y calidad torera del cordobés Andrés
Luis Dorado, único protagonista de la tarde, que una vez más se reivindicó como
un extraordinario torero desaprovechado. Ya de inicio quedó de manifiesto su
afán por triunfar al recibir a su primer oponente con una larga cambiada y dos
afarolados de rodillas. Toro de corta embestida a lo que Dorado, tras
intentarlo y sacar pases de mérito, optó por continuar su faena metido en el
terreno del animal, logrando conectar con el tendido que le agradeció la enorme
voluntad, estando manifiestamente el
matador por encima del astado. Pero lo exquisito de la tarde llegó en el
cuarto. Un animal cinqueño y feo de hechuras, por el que nadie daba un euro,
pero que en manos de Dorado, resultó de lo mas colaborador, gracias a la labor
del diestro que supo encarrilarlo y enseñarlo a embestir. Comenzó con unos
estatuarios por alto, seguidos de tres series de naturales con muchísimo sabor,
templando y mandando al toro que seguía dócilmente la muleta que una y otra vez
le mostraba el torero en una sólida faena inmensa de sabor y torería. Lo
exprimió con ambas manos hasta provocar el delirio en el público que jaleaba el
buen toreo que se estaba realizando en el ruedo. A esta plenitud de arte hay
que añadir que Dorado clava las zapatillas en la arena y no duda ni un
instante, lo que da más belleza a la obra. Toreo de verdad, sincero y de
regusto el mostrado por este joven lidiador que pide a voces, y con argumentos
de peso, otra consideración por parte de las empresas. El año pasado Dorado
conquistó el trofeo a la Mejor Faena realizada en la provincia de Córdoba y ya
es firme candidato para repetir galardón.
Por su parte Ambel Posada, que se topó con
dos toros nobles y sin malas intenciones, estuvo toda la tarde indeciso y sin
asentarse en la arena. Algún que otro pase suelto no justificó de modo alguno
su actuación.
Mala suerte tuvo, sin embargo, Caro Gil que
desarrolla un toreo con mucho gusto y que tuvo que aguantar como su huidizo
primero, en mitad de la faena, se paraba a beber agua de la boca de riego que no dejó de fluir toda la
tarde. Muletazos de buen trazo y de bella factura se vieron emborronados por el
mal uso de los aceros. No optante se le reconoció su labor con una fuerte
ovación. El sexto, manso y huidizo, no dejó opción al chaval a pesar de
intentarlo por activa y por pasiva.
Esta
tarde, el toreo, encarnado por Dorado salió a hombros de la plaza.- L.R.G.
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