ALDABONAZO DE ANDRES LUIS DORADO
CUATRO OREJAS Y RABO EN UNA TARDE TRIUNFAL
CHECHU LOGRÓ EL MISMO NÚMERO DE TROFEOS
Ladislao Rodríguez Galán
Chillón 15-8-2013)
Plaza de Chillón (Ciudad Real): mas de media entrada en tarde de calor soportable.
Ganadería: cuatro
toros de Jaralta bien presentados y de buen juego. El primero premiado con la
vuelta al ruedo y los otros tres ovacionados en el arrastre.
Andres Luis Dorado: media estocada y dos descabellos ( dos orejas) y estocada sin puntilla
( dos orejas y rabo).
José R. García “Chechu”: estocada ( dos orejas ) y estocada casi entera ( dos
orejas y rabo).
Con motivo de sus fiestas y ferias en la
localidad manchega de Chillón, que cuenta con una coqueta plaza de toros
levantada por los habitantes del pueblo, se montó una corrida de toros mano a
mano entre dos toreros jóvenes que pugnan por abrirse paso. La noble lid quedó
en tablas pues ambos empataron a trofeos, si bien la diferencia la marcó
Dorado. Siendo esta su primer corrida de la temporada el torero cordobés no
solo convenció sino que dio un aldabonazo basado en la calidad y sentimiento de
su toreo. Su primer toro, de los que hoy salen pocos por chiqueros, era un
dechado de bravura y nobleza. Apretó fuerte en el caballo y acudió presto en
banderillas. Dorado lo vio enseguida y su faena, basada en las dos manos, fue
una lección de buen toreo. Largueza en los muletazos, temple y sobre todo
gusto, fue el sello que imprimió a su labor coreada por el público que solicitó
insistentemente el indulto del animal. El reglamento lo prohíbe en estas plazas
( no estamos en Andalucía) y el presidente lo aplicó a rajatabla. Aún pudo
Dorado recrearse en su exquisito toreo con unos minutos añadidos del tiempo
reglamentario, porque este espectáculo no merecía cortarse. En su segundo
volvió a brillar a gran altura ante un toro cuajado que embestía dando arreones
y que puso a prueba la experiencia y valor del joven torero. Labor muy por
encima de las condiciones del animal que pusieron en sus manos los máximos
trofeos, otorgados por un tendido entregado.
“Chechu”
por su parte, abusando un poco del toreo superficial sobre el fundamental, tuvo
destellos de calidad en dos faenas casi idénticas donde echamos de menos una
labor mas comprometida y contundente. Entre pases con clase y gusto, enhebraba mucho fuego de artificio,
que hacía que aquello no tomara cuerpo. Como la tarde había subido muchos
enteros, por el toreo de Dorado, el público no fue muy exigente con el torero
madrileño, que a su haber tuvo una entrega sin fisuras. Los dos diestros
salieron de la plaza a hombros.
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